Antes de iniciar con Wilfrido Vargas, cantaba de manera informal, en una orquesta de Baní, al frente de la cual estaba un señor llamado Tino Peña. Su primer salario fue de 15 pesos, con los cuales se compró un par de zapatos porque no tenía. Su debut fue con unos calzados prestados.
Con Wilfrido popularizó varios hits musicales en la época como “Charo, charo”, “Cachita”, “Enrique Blanco” (junto a Vicente Pacheco), “Amigos míos me enamoré” y “Sansón batalla”, este último en salsa y que además, concitó mucho éxito, al ser el número uno con la Fania All Stars.
Sus fuertes con Wilfrido Vargas fueron la salsa y la balada.
Víctor Waill, quien a finales de los años de 1970 inició su carrera artística de manera formal en la orquesta merenguera Los Beduinos, dijo a elCaribe en una oportunidad que nunca se sintió merenguero y que los merengueros son Vicente Pacheco, Fernando Villalona, Héctor Acosta…, personas que a su entender tienen voz y timbre para ese género musical.
Tras salir de la orquesta de Wilfrido,
militó por un año en “La esencia dominicana”, de Sony Ovalles, de quien
heredó luego ese proyecto y lo obligó ante la ausencia del “maestro” a
hacerse arreglista del mismo mientras llevaba su oferta por varios
países.
A Víctor Waill hay que reconocerle el
mérito de ser el artífice de acertadas fusiones musicales. En busca de
un sonido diferente le agregó acordeón típico a algunas canciones
sustentadas en el merengue tradicional.
Simultáneamente con sus proyectos personales, Waill se dio también para producirle a otros artistas y agrupaciones. A Víctor Roque y “La gran Manzana” le orquestó el tema “Mala, mala, mala” y a Fernando Villalona le hizo los arreglos musicales a éxitos merengueros como “Música latina”, “Que lo que” y “María morena”.
Para Pochy Familia y su Coco Band hizo la música de “El que llora, llora” y “Ya me olvidó tu nombre”, entre otros.
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